Advertisement

SKIP ADVERTISEMENT
You have a preview view of this article while we are checking your access. When we have confirmed access, the full article content will load.

El pastel perfecto no exis… ¿un tres leches con suero de mantequilla?

Un giro apalache a un postre clásico latinoamericano conecta culturas e identidades para una chef pastelera.

An overhead image of three plates against a wooden background. Atop the plates are fruit slices next to a piece of juicy tres-leches cake.
Credit...Linda Xiao para The New York Times. Estilista de alimentos: Maggie Ruggiero. Estilista de utilería: Heather Greene.

[Estamos en WhatsApp. Empieza a seguirnos ahora]

Hacer un pastel húmedo es algo humano. Empapar ese pastel en leche dulce es un acto divino.

La larga y a veces un poco ebria historia de los pasteles húmedos es una categoría variada y deliciosa de la experiencia humana en la repostería. Por razones que van desde un pan frío, una masa seca o nuestra torpeza para hornear, con tiempo e ingenio hemos aprendido a utilizar nuestros mejores líquidos para convertir una nada inútilmente seca en algo empapado de sabor una vez más.



Los pasteles húmedos están por todas partes. Hace unas semanas, en un pequeño castillo de Francia, después de impartir varios talleres de repostería, me sobró mucho pan brioche. Menudo problema. Se soluciona fácilmente de muchas maneras, pero ¿una de las mejores? Dejándolo reposar toda la noche para que se seque, y luego creando un almíbar de lo que se quiera, siempre que incluya ron.


Thank you for your patience while we verify access. If you are in Reader mode please exit and log into your Times account, or subscribe for all of The Times.


Thank you for your patience while we verify access.

Already a subscriber? Log in.

Want all of The Times? Subscribe.

Advertisement

SKIP ADVERTISEMENT