Advertisement

SKIP ADVERTISEMENT
You have a preview view of this article while we are checking your access. When we have confirmed access, the full article content will load.

¿Por qué nos obsesionan los pechos?

Después de su propia mastectomía, la socióloga Sarah Thornton trató de responder la pregunta.

A photo illustration of various collaged elements. The elements are a bandaged chest, a baby breastfeeding, a hand pulling at a bra strap and different chests.
Credit...Ilustración por Vanessa Saba; fotografías por Getty Images

El día antes de someterse a una doble mastectomía hace seis años, la escritora y socióloga cultural Sarah Thornton trató de ser un poco más liberal con sus pechos. Fue a nadar a una piscina al aire libre en la bahía de San Francisco y se desató la parte superior del bikini, dejando que sus senos 34B se balancearan en el agua y tomaran el sol. Fue su manera de despedirse de ellos, dijo en una entrevista reciente.

“Yo era quien las consideraba tetas tontas, irrelevantes, sin importancia”, dijo. Como feminista, solía pensar que cualquier obsesión por los pechos era vanidosa y de mal gusto, impulsada por una necesidad superficial de complacer la mirada masculina. Sus propios pechos fueron el centro de dos incidentes de acoso sexual en su adolescencia y, hace aproximadamente una década, se convirtieron en una fuente de temor: en su familia había antecedentes de cáncer de mama y los médicos descubrieron células atípicas. Después de muchas preguntas y pruebas, deshacerse de una parte de su cuerpo a la que no estaba especialmente apegada parecía una precaución fácil de tomar.

Pero, meses después de la operación que incluyó la colocación de unos implantes que le parecieron “impostores de silicona” —tan extraños e inanimados que se sintió obligada a bautizarlos con los nombres de Bert y Ernie—, se convirtió en “un caos total de emociones en torno a lo que había perdido y ganado”, dijo. “Bert y Ernie eran muy raros para mí: eran más grandes de lo que había tenido nunca, estaban duros, y ya no sentía los pezones”. (Para nuestra entrevista en video, Thornton usó una camiseta de cuello redondo con un dibujo de Bert, Ernie y otros habitantes de Plaza Sésamo en el pecho). En ese momento se dio cuenta de que no había apreciado sus pechos lo suficiente.

La exploración de Thornton sobre el significado cultural de los pechos originó su nuevo libro, Tits Up: What Sex Workers, Milk Bankers, Plastic Surgeons, Bra Designers, and Witches Tell Us About Breasts (Tetas arriba: lo que las trabajadoras del sexo, los banqueros de leche, los cirujanos plásticos, los diseñadores de sujetadores y las brujas nos dicen sobre los pechos), publicado el 7 de mayo. “Tetas”, escribe, es su palabra preferida; “mamas” suena estéril y se asocia con cáncer o alimentación, mientras que, en inglés, el vocablo boobs forma parte de las palabras booby-trap (mina terrestre, pero literalmente “trampa para tontos”) y de booby-prize, que es el premio de consolación que se otorga a los que llegan en último lugar a una competencia.

Thornton escribió el libro “para ayudar a las mujeres a revalorizar sus pechos de forma positiva, y también a los hombres”, dijo. “En realidad, me gustaría mucho que los hombres leyeran el libro, porque muchos de ellos creen que saben mucho de tetas”.


Thank you for your patience while we verify access. If you are in Reader mode please exit and log into your Times account, or subscribe for all of The Times.


Thank you for your patience while we verify access.

Already a subscriber? Log in.

Want all of The Times? Subscribe.

Advertisement

SKIP ADVERTISEMENT