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El telescopio Euclid revela escenas de luz cósmica en un universo oscuro Por Katrina Miller

Euclid, un telescopio de la Agencia Espacial Europea lanzado al espacio el pasado verano, ha mostrado por fin de lo que es capaz con un lote de impresionantes imágenes y los primeros resultados científicos, publicados el jueves 23.











El telescopio ayudará a los astrónomos a entender dos de los mayores misterios del universo: la materia oscura, el pegamento invisible que une las galaxias, y la energía oscura, la fuerza que las separa.

“Antes de intentar comprender qué es, hay que entender cómo se comporta”, explica Jean-Charles Cuillandre, astrónomo del CEA París-Saclay, en referencia a la materia oscura.











Esta misteriosa sustancia hace que la luz se curve y distorsione, un efecto conocido como lente gravitacional. En casos extremos, las lentes hacen que las galaxias aparezcan deformadas, e incluso pueden producir imágenes especulares de una misma fuente.

Euclid observó este efecto en Abell 2390, un cúmulo de galaxias situado a 2700 millones de años luz. El noventa por ciento de la masa de este cúmulo es materia oscura.











La gravedad hace que la materia oscura se agrupe, pero la energía oscura contrarresta este efecto. Estudiar la densidad de la materia oscura en el cosmos ayudará a los astrónomos a saber cómo influye la energía oscura en la estructura de nuestro universo.

La especialidad de Euclid reside en su capacidad para captar amplias franjas de cielo con un detalle impresionante. Las galaxias que aparecen cerca de estrellas brillantes como Beta Phoenicis podrían ser imposibles de ver para algunos observatorios en la Tierra, pero los agudos ojos de Euclid son capaces de distinguirlas.













Los sensores del telescopio lo convierten en una especie de red para la luz, explica Cuillandre. “Lo capta todo”.

En una serie de artículos, el equipo de Euclid también compartió descubrimientos de nuevas galaxias enanas, cúmulos estelares y planetas errantes. Los astrónomos afirman que estos descubrimientos demuestran que la misión puede ir más allá de sus objetivos principales.













“Llamamos legado científico a las cosas que Euclid también puede hacer”, dijo Michael Seiffert, cosmólogo que trabaja en la misión desde el Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA.

El telescopio captó estas dos galaxias rozándose a 62 millones de años-luz de distancia, lo que da lugar a bordes y colas difusos.

Este tipo de interacciones son comunes. “Es muy raro encontrar una galaxia aislada”, dijo Cuillandre. “Eso es lo que estamos descubriendo”.

Euclid tomó esta fotografía de la galaxia espiral NGC 6744, a 30 millones de años luz de la Tierra.

El gas y el polvo interestelares se fusionan en la rotación de una galaxia espiral, lo que promueve la formación de estrellas a lo largo de sus brazos. Cada grano de esta imagen es una estrella bebé caliente y masiva.

Una galaxia enana vecina arrancó uno de los brazos de NGC 6744. Las galaxias también tienen cicatrices, según Cuillandre. “Conservan un rastro de lo que ha sucedido” en escalas de miles de millones de años, afirmó.

Euclid también se enfocó en Messier 78, una guardería estelar. Gracias a su visión en el infrarrojo cercano, el telescopio puede mirar más allá de las nubes de gas y polvo para revelar las brillantes estrellas azules que se esconden en su interior.

Las estrellas escupen protones y neutrones que moldean el polvo y otros materiales circundantes, de forma parecida a como el viento esculpe nuestras nubes en la Tierra.













Con el tiempo, se forman cavidades alrededor de estas estrellas, y liberan una luz que brilla por todo el universo.

Las imágenes más recientes proceden de solo un día de observación. “No hemos hecho más que empezar”, afirma Seiffert.

El telescopio Euclid revela escenas de luz cósmica en un universo oscuro

Producido por Antonio de Luca

Imágenes de ESA/Euclid/Consorcio Euclid/NASA. Tratamiento de imágenes por J.-C. Cuillandre (CEA Paris- Saclay), G. Anselmi; CC BY-SA 3.0 IGO o licencia estándar de la ESA.

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